Dar es D A R

viernes, 4 de junio de 2010

Ahora que la tarde cae a las seis y ni siquiera un café bien cargado es capaz de mantenerme totalmente despierta, pienso en ti. Como ceniza de un recuerdo sin piel. Sin la piel que olvidaste guardar a tu temperatura. Y me hiela la verdad que en tu mundo pudo ser construida, para mí. Sólo para que estuviera esperando una respuesta. Mandé señales de socorro durante meses, levantándome de un salto con el primer rayo de luz, e yéndome a dormir cuando la madrugada, ya sin habla, me echaba.

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