Dar es D A R

domingo, 15 de noviembre de 2009

Suena el despertador y creo que esta noche el sol
se ha acercado demasiado a mi corazón. En las venas corre pura lava, es mi consciencia a punto de explotar. Demasiados cables sueltos, ya va siendo hora de que sepa a cuál de ellos cortar apenas dañándome. Es fácil que desde fuera lluevan soluciones de todos los colores, dicen por ahí que siempre hay que cortar el rojo. Rojo de mi sangre que antes de convertirse en larva, se congeló. A sangre fría todo parece un poco más sencillo, no hay tanta niebla de por medio. Incluso se puede tomar decisiones antes de la hora, anticipándote al hecho. Mas cuando te hierve y el miedo paraliza, las voces ajenas se convierten en obstáculos a saltar, en enemigos a desestabilizar con victorias. Así que el despertador suena, y me quema la piel, pero es la única manera de que sepa que no voy a aguantar mucho más, me toca elegir. No se puede vivir mucho tiempo con un volcán como consciencia, con lo ajeno como espejo, y mucho menos con los sentimientos sueltos.


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